domingo, 8 de julio de 2012

7. Ejercicios

Ejercicio 1: El objetivo es que el aire inspirado se dirija a la parte inferior de los pulmones.

Tumbado, colocar una mano sobre el vientre (por debajo del ombligo) y la otra sobre el estómago. En cada inspiración, se ha de intentar dirigir el aire a llenar la parte inferior de los pulmones, lo que debe hacer que se mueva la mano colocada sobre el vientre pero no la colocada sobre el estómago, ni el pecho.

Ejercicio 2: El objetivo es conseguir que el aire inspirado se dirija a la parte inferior y media de los pulmones.

Tumbado, colocar una mano sobre el vientre (por debajo del ombligo) y la otra sobre el estómago. En primer lugar, se ha de intentar dirigir el aire a cada inspiración a la parte inferior de los pulmones (como en el ejercicio 1), y después, en la misma inspiración pero marcando un tiempo diferente, dirigir el aire a la parte media, notando cómo se hincha la zona bajo la segunda mano (estómago).

Ejercicio 3: El objetivo conseguir una inspiración completa:

Tumbado, colocar una mano sobre el vientre (por debajo del ombligo) y la otra sobre el estómago. Se hace una inspiración en tres tiempos dirigiendo el aire primero al vientre (se levanta la mano colocada en esta zona), luego al estomago (se eleva la segunda mano) y, finalmente al pecho.

Ejercicio 4: El objetivo es conseguir una espiración más completa y regular:

Tumbado, colocar una mano sobre el vientre (por debajo del ombligo) y la otra sobre el estómago. Se ha de efectuar la inspiración como se ha aprendido en el ejercicio 3 y a continuación comenzar la espiración cerrando bastante los labios (para que el aire produzca un leve ruido que sirve de feedback para ir ajustando el ritmo de la espiración).

Ejercicio 5: El objetivo es conseguir una adecuada alternancia respiratoria.

Similar al ejercicio 4, pero ahora no se marcan los tres tiempos de inspiración, sino que se realiza como un continuo (pero manteniendo el recorrido habitual). Se van eliminando los sonido que acompañan a la espiración para progresar hacia un ciclo respiratorio completamente normal.

Ejercicio 6: El objetivo es generalizar la respiración completa a las condiciones habituales.

Repetir el ejercicio 5 en distintas posiciones y situaciones, incrementando gradualmente el nivel de dificultad. (sentado, de pie, con ruido, etc.)

RELAJACIÓN. Los recursos con los que el logopeda cuenta a la hora de contribuir a que el niño o niña encuentre el grado de elasticidad, flexibilidad y relajación adecuados son variados, y lo más habitual es emplearlos de forma combinada diseñando un plan específico de intervención para cada caso teniendo en cuenta sus necesidades.

Dichos recursos abarcan las manipulaciones, movilizaciones, masajes y estiramientos que persiguen el objetivo general de tonificar la musculatura corporal y, más específicamente, la vinculada con la fonación ya sea colaborando activamente el alumnado o, por el contrario, manteniendo éste una actitud pasiva. Todas estas actuaciones, dirigidas a la disminución del tono muscular en una, varias o en todas las partes del cuerpo, resultan de la consideración de que una de las características que mejor identifica a la tartamudez es, precisamente, el excesivo tono muscular del cuerpo en general y de la musculatura laríngea en particular.

Algunos ejercicios significativos en el entrenamiento en relajación, entre otros, son: el bostezo, bostezo con la boca cerrada, relajación del cuello, relajación de la cara, relajaciones breves, secuencias de relajación semilarga, etc.

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